martes, 19 de agosto de 2014

Encuentra la hipocresía en tu interior

BismillahirRahmanirRahim

El Mensajero de Allah (asws), que fue enviado a este mundo como dador de buenas nuevas y advertidor, ha dicho en sus benditos hadices: “¿Debería informarles de lo que temo para ustedes aún más que el peligro del dajjal? Es el shirk oculto”.

Y los Sahabi e-Kiram, que fueron los mejores seres humanos que han pisado la faz de esta tierra, quienes son mencionados en el Qur’an, en el Inyil, en la Torá, en el Zabur, quienes dieron su riqueza, su salud, sus vidas, sus juventudes por el bendito Profeta (asws), a quienes los Ángeles les envían salams, esos, incluso ellos temieron la hipocresía.

Incluso el gran sahabi, del que el bendito Profeta (asws) dijo que “si llegara un Profeta luego de mí, sería Hz Umar”. Incluso ese gran Umar al-Faruq, Faruq e-Azam, él temió la hipocresía, el que el bendito Profeta (asws) dijo de él que cuando Sheytán ve a Umar, Sheytán se aleja corriendo. Sin embargo Hz Umar temía la hipocresía.

Hubo un sahabi al que el bendito Profeta (asws) le dio una lista secreta de todos los hipócritas que se ocultaban en el interior de la Ummah y Hz Umar fue el primero en preguntar a ese sahabi, diciéndole: “Por favor, dime, ¿yo estoy en esa lista?”

Tantos musulmanes del siglo 21 están orgullosos de su fe. Se sienten seguros de esa fe. Todos aquellos, aquellos que ni siquiera se detienen un segundo para chequearse a sí mismos, aquellos que no se culpan a sí mismos, aquellos que no se toman en cuenta a sí mismos. Pero mira a quienes se supone que seguimos, aquellos Sahabi e-Kiram, aquellos Tabi’in, aquellos at tabi’i tabi’in, temían ser munafiqs. Pero nosotros caminamos arrogantemente sobre la tierra pensando que tenemos garantizado el Paraíso y que el Fuego del infierno está lejos a la distancia.

Oh creyentes, incluso esta actitud, por sí misma, es una señal de hipocresía. Pero mientras no seamos capaces de ver la hipocresía en nuestros corazones, mientras no seamos capaces de ver la suciedad con que nos hemos ensuciado, seremos incapaces de limpiarnos a nosotros mismos. La única manera de que podamos limpiarnos a nosotros mismos es encontrando un espejo, como dice el bendito Profeta (asws) en su hadiz e-Sherif: “El creyente es un espejo para otro creyente”. Necesitamos encontrar a quienes se han purificado a sí mismos, que son espejos limpios que pueden reflejar y mostrarnos quienes somos en realidad. Necesitamos seguir a los guías que han caminado el sendero del bendito Profeta, quienes pueden mostrarnos el camino a la salvaguarda.


~Hazrat Lokman Hoja Effendi

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