Entras a este mundo por una
puerta y lo abandonas por el otro lado. Niño pequeño, adolescente, maduro, ya
no sé a quién decirle ‘maduro’. En la antigüedad decían: “Veinte años de edad,
ya se es maduro, ya está completo”. El hombre de veinte años debe remover las
cosas equivocadas del mundo. (Sin embargo) el hombre de veinte años tiene hasta
miedo de ir sólo al baño. Necesita a su mamá. Las jóvenes de veinte años no
saben hacer nada. (Sheykh Effendi parodia
un diálogo):
-“¿Qué estás haciendo?”
-“Me estoy educando, voy al
colegio”
-“¿Qué aprendes allí?”
-“Estoy bailando. Aprendo a
bailar”
-“¿Qué sucedió?”
-“El fin de la Ley Romana”
-“¿Qué comenzó en ese momento?”
Ellos están temerosos y
avergonzados. Los Europeos y los Americanos, demasiado orgullosos para ponerlo
en sus libros y decir: “El gobierno del Islam llegó para enseñarnos a vivir
como seres humanos”. Así es. El Islam llegó a Europa para enseñarle al hombre
cómo lavarse a sí mismo. Así es. El Islam llegó trayéndoles el jabón para que
se lavaran a sí mismos. Así es. Ahora, todos tienen miedo de hablar de esto (de reconocer que el Islam les trajo la
auténtica civilización con la que podrían alcanzar la cima de la humanidad de
acuerdo a la Voluntad Divina).
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