Bismillahi
Rahmani Rahim
Estamos siguiendo el Camino
Nakshibendi, que es el Camino Siddiki, camino que proviene de Abu Bakr Siddik
(ra) y llega hasta nuestros tiempos.
Debemos corregirnos a nosotros
mismos, especialmente en estos días; y especialmente en estas noches debemos
hacer la indiferencia a un lado, debemos hacer a un lado los incorrectos deseos
egoístas, a un lado los incorrectos caminos egoístas, y debemos pedir a nuestro
Señor Allah-swt-:
“¡Ya Rabbi! Te pedimos perdón
por toda falta que estamos cometiendo. Sabemos que no hemos llegado a ningún
lado. Todo lo que hacemos no se ajusta a tu Divina Presencia. Acepta este débil
servicio, haznos dignos, buenos, y cuéntanos entre ellos.”
Debemos pedir. Esto es algo que
la Nación, la Ummat, también ha perdido. No están pidiendo. Solíamos ir a las
mezquitas y ver a personas ancianas durante horas abriendo sus manos, llorando
y pidiendo. Cuando éramos jóvenes decíamos: “¿Por qué esos hombres lloran tanto
y piden? ¿Qué es lo que piden? ¿Qué es lo que quieren?” Ellos no querían nada
mundano, y eran gente correcta que pasaban todas sus vidas en las mezquitas.
Eso era lo que sabíamos y aun así estaban allí sentados por horas y horas,
pidiendo y llorando.
Esto es lo que hemos perdido.
Sheytán nos está engañando. Sheytán nos dice: “Ah, la misericordia de Allah
está allí. No te preocupes.” Es así que mediante un ayat Allah nos dice: “Ese
Sheytán llega a ti con la misericordia de Allah (hablándote acerca de ella). No
seas engañado por eso.”
Tienes que hacer lo que es para
ti. Debes cumplir con lo que te ha sido dado. Si no estás cumpliendo con eso
entonces no tienes el derecho de esperar la misericordia de Allah porque no
estás pidiendo y no te estás preparando (para ella).
Un hombre puede hacer todo tipo
de cosas incorrectas, pero si su corazón está en el camino recto y todo el
tiempo está intentando hacer lo mejor, saliendo fuera y haciendo lo incorrecto,
luego yendo a la Presencia de Allah diciendo: “¡Ya Rabbi! Soy alguien débil.
Por favor, perdóname”, ese puede esperar y aguardar la misericordia.
Sin embargo ellos ni siquiera
se molestan en pedir, ni siquiera se molestan en decir: “¡Ya Rabbi! Perdóname”.
Especialmente en estos días cuando le hablas a la gente diciéndoles: “¿Por qué
no pides? ¿Por qué no pides perdón?” Dicen: “No he hecho nada malo, ¿por qué
tengo que pedir perdón? Estoy bien. No estoy molestando a nadie. No estoy
haciendo esto y no estoy haciendo eso.” Hmm. Eso no es suficiente.
Por lo tanto tenemos que tomar
como ejemplo a los antiguos. Cuando miramos sus vidas y las comparamos con las
nuestras, vemos que hay una distancia de millones de años entre ellos y
nosotros. Ellos no vivieron por este dunya. Vivieron por ‘Ajirat. Vivieron por
Allah-swt- y Su Profeta (asws). Ellos observaron todo y cada paso
correctamente, y aun así permanecieron allí pidiendo.
Esa es la señal de la
servidumbre. El siervo debe pedir.
-Sheykh
Abdul Kerim Effendi-
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