Abu Yahil hizo tantas cosas.
Una cosa hizo (y que contaremos en este momento). Un día estaba lleno de odio,
y dijo a su gente: “Abrid un hoyo frente a mi casa y cubridlo.” Y sus criadas y
esclavos lo cubrieron; entonces dijo: “Ahora, uno de ustedes que vaya y llame a
Muhammad. Que le diga: ‘Abu Yahil está muy enfermo. Solicita que vayas a
verlo’.” Y sabiéndolo dijo: “Sé que vendrá. Cuando escuche que estoy enfermo,
no importará lo que le he hecho, vendrá, lo sé.” Entonces ellos fueron y
llamaron al Profeta (asws); el Profeta (asws) dijo: “¿Él me llama?”, dijeron
“Así es”, dijo: “Entonces iré”. Olvidó todo lo que Abu Yahil había hecho en su
contra. Iba hacia Abu Yahil con el corazón abierto; abrió completamente su
corazón pensando que era una oportunidad para que Abu Yahil encontrara
protección. Porque “él me llamó” estaba yendo con grandes esperanzas para él.
Sin esperar nada de él, sino esperando que él aceptara la Shahada y encontrara
protección (en el Islam).
Cuando llegó, Abu Yahil estaba
sentado tras su ventana observando que el Sagrado Profeta (asws) se aproximaba.
Mirando como serpiente que el Profeta (asws) se acercaba sin verlo. Miraba la
zona de la trampa y se decía “ahora va a caer”. Le dijo a su gente, que estaba
escondida en los alrededores de la trampa: “Ni bien caiga en el interior esto
es lo que van a hacer, entonces saldré.” Y, paso a paso, el Sagrado Profeta
(asws) llegó a la zona; levantó el pie; cuando lo bajara dando el paso caería
en el hoyo. Sin embargo, mantuvo su pie en alto y se volvió, hizo su pie hacia
atrás, se dio la vuelta y empezó a caminar de regreso.
No movió un pie más hacia
delante. Abu Yahil lo vio, se trastornó y dijo: “Lo supo en el último minuto.
Justo allí se dio la vuelta.” Corrió hacia fuera gritándole a su gente:
“¡Corran tras él! ¡Atrápenlo!” Olvidó el hoyo, corrió y cayó en él. Cuando cayó
en el hoyo se olvidó del Profeta (asws) y dijo a su gente: “Estoy aquí,
ayudadme.” Entonces fueron e intentaron ayudarlo. El pequeño hoyo se hizo
profundo; le arrojaron una cuerda; la cuerda descendió más y más sin poder
llegar a él. Nuevamente Abu Yahil comprendió. Les dijo: “Corran hacia Muhammad.
Si él no viene aquí, nunca saldré de este hoyo.” Y ellos nuevamente corrieron
tras el Profeta (asws), diciéndole: “Ya Rasulullah, ha sucedido esto.” Él
(asws) dijo: “¿Él pide por mí? Entonces iré.” Fue hacia él diciendo: “Ya Abu
Yahil”; él miró hacia arriba y dijo: “¿Viniste aquí por mí?”, “Así es “, dijo
el Profeta (asws). “Dame tu mano”. El Profeta (asws) bajo su mano, Abu Yahil la
tomó, y el Profeta (asws) lo sacó fuera. Abu Yahil se volteó y le dijo: “¡Eres
un gran mago! Ellos arrojaron la cuerda hasta su fin y no lograron alcanzarme.
¡Eres un gran mago!” (El Sagrado Profeta-asws- había llegado hasta él con sólo
estirar su brazo hacia el hoyo).
(Cuando se dirigía hacia la
casa de Abu Yahil) Yibril llegó diciéndole: “Ya Rasulullah, Allah te ordena no
dar un paso más porque ellos han preparado una trampa para ti. Regresa.” Él se
volvió y Abu Yahil cayó en ese hoyo. Y así Abu Yahil comprendió que cuando se
está en problemas, sin el Profeta (asws), no podría salir de ese infierno por
sí mismo. Luego de que el Profeta (asws) lo sacara de ese infierno, se volvió y
se levantó contra el Profeta (asws) nuevamente, y otra vez, otra vez, otra vez.
Hasta que ocurrió la batalla de Badr en la que fue matado.
Luego de la batalla, el Profeta
(asws) dio la orden de arrojar los cuerpos dentro de una fosa, y así lo
hicieron. Esas personas eran los más acaudalados, la gente más honorable de
Mecca. Fue algo muy penoso arrojar sus cuerpos allí. Y el Sagrado Profeta
(asws) llegó, miró dentro de la fosa y dijo: “¿Ahora lo escuchan? ¿Ahora lo
ven? ¿Ahora comprenden? Allah ha completado su promesa conmigo, ¿ha completado
Su promesa con ustedes?” ‘Umar lo miró y dijo: “Ya Rasulullah, ¿no están
muertos?” El Profeta (asws) le dijo: “Ya ‘Umar, tu no me puedes escuchar mejor
de lo que ellos me escuchan. Excepto una cosa: ellos ya no me pueden responder.
No pueden ir de un lado a otro discutiendo conmigo. Ellos están allí;
silenciosamente están allí, sufriendo. En este momento ha comenzado para ellos
el sufrimiento.”
Antes de que caigamos en eso,
despertemos. Si no te estás viendo a ti mismo, tu ego es peor que el ego de Abu
Yahil. Si no lo estás viendo, tu ego es peor que Firaun, peor que Namrud. Si no
lo estás viendo, tu ego es peor que Sheytán, eres una persona arrogante. El
Fuego te quemará. Si algo bueno viene de ti mismo, no es por ti, es un favor
para ti de tu Señor. Si algo malo te llega, reconoce que es a causa de tu ego.
Por lo tanto, despertad.
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