miércoles, 15 de febrero de 2012

Inteligencia, Fe y Modestia.

Bismillahi Rahmani Rahim
¿Quién es un hombre inteligente? Un hombre inteligente es aquel que se esfuerza en proteger su fe. El hombre inteligente debe tener fe. Fe e inteligencia. Fe y modestia. Cuando Adam(as) estaba por salir del Paraíso, Allâh-swt- envió al ángel Yibril diciéndole: “Dile que tome una de estas tres como mi regalo para que lo acompañe en dunya”. Entonces Yibril llegó con inteligencia, fe y modestia. Le dijo a Adam: “Allâh te está favoreciendo. Toma una de ellas y desciende al dunya. Lo necesitarás. Pero sólo podrás tomar una de ellas”. Adam observó, y dijo: “Tomaré la inteligencia”. Entonces Yibril dijo a las otras dos: “Volved a vuestro lugar”. La fe dijo: “Oh, no puedo volver”. Yibril dijo: “Allâh ordenó a Adam tomar sólo una”. La fe dijo: “Si, pero al mismo tiempo Allâh-swt- me ordenó: ‘Se supone que debes estár donde está la inteligencia. Nunca te separes de su lado”. Entonces Yibril dijo a la modestia: “Véte. Tú vete”. Dijo la modestia: “No puedo, ya que Allâh me ha ordenado acompañar a la inteligencia y a la fe. No me puedo separar de ellas.” Yibril dijo: “Toma todas y desciende a la tierra”.

Y Adam descendió. Con esa inteligencia, con esa fe y con esa modestia, Adam comprendió lo que había hecho. Se volvió sobre sí mismo, entendió, se levantó, y comenzó a llorar. Demostró su debilidad diciendo: “Ya Rabbi, soy tu siervo débil. Si me cierras Tu puerta entonces no tendré lugar dónde ir excepto ante ella y llorar. No hay nada más que pueda hacer. No puedo comer ni beber. No me moveré de aquí. Voy a llorar solamente porque soy un siervo débil y tú eres un Rey Todopoderoso, Rey de reyes, Sultán de sultanes, y te estoy pidiendo perdón”. Estuvo así 300 años, no 3 días. Actualmente la gente no puede pedir perdón ni siquiera durante cinco minutos. Algo les sucede, ni siquiera cinco minutos. Si les dices: “hazlo, continúa”, te responden: “me he dado por vencido”. ¿Te das por vencido? ¿Hacia dónde vas a ir? Darte por vencido significa “Estoy volviendo mi camino hacia el infierno”. Las puertas del infierno se abren y corres hacia ellas. No te des por vencido. Shaytan llega para hacer que el hombre se dé por vencido ante sus responsabilidades. Primero de su inteligencia. La inteligencia ya no funciona más. La gente ha perdido sus cabezas. Están embriagados con el dunya, embriagados como locos en la calle.

Por lo tanto, el hombre inteligente mantiene el Camino Recto en su vida, el Camino del Profeta(saws), mantiene su modestia y no interfiere en los asuntos de los demás. Él busca perfeccionarse a sí mismo, protegerse, especialmente en estos días. Él no abre su boca para hablar sinsentidos.





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