lunes, 9 de abril de 2012

El Significado Real de los Buenos Modales en la Educación de nuestros Hijos


Bismillahi Rahmani Rahim

Todos los Profetas fueron enviados al mundo para enseñar a la gente cómo vivir. Cómo vivir en este mundo y qué esperar, cómo prepararse a sí mismos para el Más allá. El Sagrado Profeta (asws) ha sido enviado a este mundo para completar las buenas enseñanzas, el buen vivir, el aprendizaje del buen estilo de vida y completar los buenos modales. La razón por la que el Sagrado Profeta (asws) fue enviado por la Orden Divina es completar los buenos modales. Eso significa que hasta el Profeta (asws), todos los demás Profetas fueron enviados para enseñar modales a la gente, porque si no hay modales no hay religión. Si no hay modales entonces no hay respeto, si no hay modales no hay amistad, si no hay modales no hay intercambio, si no hay modales nada sucede. Hoy en día todos lo toman a la ligera y por esto nada está funcionando.

Los modales comienzan desde los siete años hasta los setenta. Nunca se acaban porque cada edad está trayendo al hombre algo más que antes le era desconocido. Esos niños no conocen ahora tantas cosas que los adultos saben. Ellos tienen que alcanzar ciertas estaciones y tienen que cambiar ese estilo de vida que han aprendido como niños y tienen que ingresar en una estación diferente. ¿Qué es lo que van a hacer? ¿Cómo van a hacer esa transición? ¿De dónde lo van a aprender? Lo aprenden de sus padres o lo van a aprender en las escuelas donde los están educando, o de sus amigos. No lo han vivido antes. Así es como lo van a aprender. O van a mirar a la gente mayor y van a decir: “Ese hombre es mayor, asique debe obrar correctamente. Lo voy a seguir.”

Pero estamos viviendo en el siglo 21. Las puertas de los modales y las puertas del buen comportamiento han sido quebradas. Sheytán quebró las puertas de los buenos modales y del buen comportamiento en 1789. Cuando ocurrió la Revolución Francesa hubo un gran golpe contra los buenos modales y contra las maneras disciplinadas. Las personas quisieron vivir salvajemente. Dijeron: “No, ya no queremos más de esto.” Intentaron remover todo. Lentamente eso no funcionó. “Quitemos también esto, quitemos también eso, quitemos esto también.” Ahora ya no tienen más nada que quitar. Aún así ellos están corriendo para remover (más cosas). ¿Qué es lo que van a remover ahora? Están corriendo para remover las ropas que están vistiendo. Ahora están corriendo en las calles. Mañana vas a ver en América más manifestaciones. ¿Por qué? Van a decir: “España lo hizo, Canadá lo hizo, todos lo hicieron, ¿y América aún no ha aceptado los derechos matrimoniales para los gays y las lesbianas?” Lo verás mañana. Los verás corriendo en las calles (pidiendo por eso).

Estos no son buenos modales. Enseñarles a esos niños en las escuelas a decir: “Gay y lesbianismo están bien.” No están bien. No está bien para ti y no está bien para mí. No está bien, pero si están viviendo (así) entonces deben vivir lejos de nosotros. Debes vivir lejos de ellos porque los Profetas vinieron a enseñarnos a tener buenos modales. Todo lo que los demás (habitualmente) hacen, comer, beber, tener gustos, tener sexo, tener hijos, de la forma en que hacen todo, es exactamente lo que nosotros también hacemos. No nos diferenciamos a nosotros mismos en cuanto a eso. Sin embargo, nosotros tenemos límites y tenemos fronteras. No podemos ser salvajes. Todo el que quiera ser salvaje debe estar en el reino salvaje, debe vivir en los bosques junto a los animales salvajes. No deberían estar viviendo bajo el nombre de “civilización”, llamándose a sí mismos “mundo civilizado”. ¿Qué clase de civilización es esa? ¿Qué clase de mundo civilizado es ese en el que el hombre anda desnudo por las calles cuando ni siquiera los animales andan desnudos? ¿Has visto alguna vez a los perros quitarse sus ropas? ¿O a la oveja quitarse su piel? Ningún animal (lo ha hecho), y todo animal tiene algo con lo que cubrirse a sí mismo. Sin embargo, el hombre quiere correr sin parar y esa acción viene ocurriendo desde 1789 cuando esos sheytánes forzaron la caída (de la monarquía). Y desde entonces continúa hasta nuestros días.

(…)

Y es un deber, una obligación, para todo el que tiene hijos, que si aman a sus hijos deben enseñarles de manera diferente a cómo están aprendiendo en las escuelas, ya que esas escuelas ahora les están enseñando cosas completamente equivocadas. Y en los hogares deben enseñarles qué son buenos modales y cómo tener buenos modales. Los niños no deberían dirigirse a sus padres y a sus madres mediante sus nombres. Escucho eso todo el tiempo. Tienes que llamarlos “Padre” y “Madre”, sea cual sea el lenguaje que utilices. ¿Cómo es eso de dirigirte a tus padres con sus nombres propios? Ese es el comienzo de los malos modales.

Por supuesto ellos dicen que es algo pequeño (sin demasiada importancia). Pequeñeces. Todo comienza pequeño. Nada empieza a lo grande.

En la antigüedad hubo un hombre. Él mató a alguien. Entró a robar y el dueño de la casa apareció, lo encontró, empezaron a pelear uno con el otro, y asesinó al hombre, al dueño de casa. Entonces sucedió que lo atraparon, lo apresaron, lo encerraron en prisión y lo llevaron a la corte. En ese momento había pena de muerte. Ahora tampoco hay pena de muerte. El juez dijo: “Él hizo esto por esto, y debe ser colgado”, y en la antigüedad, en aquellos tiempos, cuando un hombre iba a ser colgado, le preguntaban: “¿Cuál es tu último deseo en el mundo?” Él dijo: “Sé que he hecho mal. Por eso me encuentro en esta situación. Estoy pagando el precio por eso, y el precio es muy elevado, muy grande. Pago el precio con mi vida. Ahora he aprendido mi lección, pero es demasiado tarde. Voy a pagarlo con mi propia vida. Lo entiendo. Todo estos días que estuve preso, he reflexionado y he comprendido que fue mi culpa. Pero me gustaría que trajeran a mi madre aquí arriba. Antes que me cuelguen tengo que hablar con ella en privado sobre un asunto.” Le preguntaron: “¿Este es tu último deseo?” Dijo: “Si”

Le dijeron: “Aunque no se ajuste a nuestros reglamentos y leyes, traigan a su madre.” Empezaron a buscarla y llevaron a su madre. Sus manos estaban atadas. La madre lloraba: “¡Oh hijo mío!” Le dijo: “No llores madre. Por favor, déjame morir en paz. No llores.” La madre dijo: “Hijo mío, ¿cómo no voy a llorar?” Él dijo: “No, madre. Por favor, como último deseo antes que me ahorquen, me gustaría besar tu preciosa lengua. Todos esos momentos tú me abrazaste y me besaste, y yo quiero besar tu lengua antes que me ahorquen.” La madre preguntó: “¿Esto es lo que quieres?” Él dijo: “Si” Ella dijo: “Tómala” Él pidió: “Dame más” Él la puso en su boca y la mordió tan fuerte que le arrancó la lengua. Se la cortó y la escupió. Los guardias dijeron: “¿Qué barbaridad has hecho?”

Pero ya era demasiado tarde. El Rey también estaba mirando. Él (el condenado), les dijo: “Hoy estoy aquí para ser ahorcado. De todo lo que he sido acusado, lo admito y merezco el castigo. Pero en un principio, lo que realmente me trajo aquí, fue esa lengua.” Preguntaron: “¿Qué sucedió?” Dijo: “Para comenzar, recuerdo la primera vez que fui y robé un huevo al vecino. Tenía yo cinco años. No sabía nada. Sólo pensé que era como un juego. Lo robé, vine a casa y se lo mostré a mi madre. Mi madre lo miró y dijo: ‘¡Oh hijo mío! ¿Dónde encontraste esto? Cuando encuentres más deberías traerlo.’ Ella no me preguntó de dónde lo saqué, ni siquiera me preguntó si lo había robado. Me convenció de buscar más y traer más. Y como la amaba tanto, fui a buscar, husmeando por todos lados, intentando traer más todos los días para obtener su aprobación y que me dijera: ‘Te amo más’. Eso es lo que ella me hizo; y poco a poco crecí para convertirme en un ladrón y aprendí cómo robar. Robé muchas cosas y ella sabía que yo estaba robando. Ella lo supo todo el tiempo. Lo supo desde el principio, cuando robé ese huevo. Ella no me gritó ni me regañó.

Continué de esa manera hasta que llegué a la casa de ese hombre. Y cuando él apareció, yo no quería matarlo, pero no tuve opción ya que él era un oficial. Él me iba a traer aquí y yo sería castigado. Pensé que matándolo iba a poder escapar. Y esto me trajo aquí arriba. Esta lengua ha traído a un hombre para que sea ahorcado, y no quiero que nadie más sea ahorcado por culpa de esa lengua. Por eso la corté. Ella ya no necesita hablar más.” Le llevaron el asunto al Rey diciéndole: “Su Majestad, esto es lo que ha sucedido; el hombre está preparado y nos suplica que lo ahorquemos.” Entonces el Rey dijo: “No lo voy a colgar. Pónganlo en prisión. No va a ser ahorcado.”

Asique, es el hombre el que se hace todo a sí mismo. Por lo tanto, el hombre es responsable de toda acción, y es responsable de sus hijos hasta que llegan a la edad de la madurez. Cuando llegan a la edad de la madurez, y luego de eso no te escuchan, tú ya no eres responsable. Pero hasta la edad de la madurez, el hombre es responsable por sus hijos. Y en el Islam, la edad de la madurez son los 16 para los niños y los 13 para las niñas. Serás responsable por esas niñas hasta los 13 años. Luego de los 13 años, si hacen algo mal, tú no serás cuestionado en el Día del Juicio. Ellas van a ser cuestionadas. De los niños eres responsable hasta los 16 años. Por lo que sea que hagan, ellos van a ser cuestionados y ustedes van a ser cuestionados en el Día del Juicio.

Los gobiernos no están cuestionando. Digamos que un niño fue y mató a alguien. En la antigüedad ellos decían: “¿Dónde están el padre y la madre? Enciérrenlos a ellos también. ¿Qué estaba haciendo el niño afuera a esa hora? ¿Por qué no cuidaron de ese chico? Oh, muy bien.” En estos días dicen: “El chico lo hizo” De acuerdo. Algunos compran a los chicos y los hacen cometer el crimen, porque los chicos serán castigados muy levemente. Son vendidos por sus padres. Les dicen: “Te daremos tanto dinero. Deja que el chico mate a alguien. Durante tres años va a estar adentro (en prisión), luego queda libre. Es mucho dinero…”

La Shari’at, la ley del Islam está deteniendo y cerrando las puertas para las actividades erróneas. Y la actividad errónea no es sólo esa, sino detenerla en todo sentido, y hoy, especialmente, la relación entre hombres y mujeres. Asique los chicos deben saber también esto. Deben saber que hay tantas cosas erróneas que están sucediendo en este mundo, y deben prepararse a sí mismos para este mundo que los está esperando y que es muy salvaje. Debemos prepararlos y prepararnos. Debemos saber cómo observar y cómo protegernos. Observar es proteger. Proteger a sus hijos no es darles todo lo que ellos quieren. A veces es darles cosas que no quieren y a veces es no darles cosas que quieren, porque esas cosas que ellos quieren no son buenas para su futuro.

Asique el Sagrado Profeta (asws) vino a este mundo para completar los buenos modales. Las personas deberían aprender hasta este momento (de la madurez) y luego deberían aprender cómo tener los mejores modales porque él (asws) vino a enseñar los mejores modales a la gente. Cuanto mejores modales tenga la gente, más elevados irán en estaciones espirituales y niveles espirituales. Si un hombre recita Qur’an las 24 horas, reza toda la noche en saydah, pero no tiene buenos modales, no llegará a ningún lado. Pero si un hombre no sabe nada, sólo hace saydah, leyendo con sinceridad (así sea poco) y tiene buenos modales, se le abrirá toda puerta (bendición).

Asique todo se consigue con buenos modales, y debemos buscar prepararnos a nosotros mismos y a nuestros hijos para eso, porque somos creyentes y no estamos viviendo solamente para este mundo. Vivimos en este mundo para Ájirat. Necesitamos de este mundo para vivir buen y cómodos, para ser capaces de adorar y hacer correctamente las cosas para Ájirat. Este no es nuestro hogar. Este solamente es un lugar de tránsito en el que estamos. Este no es ni mi hogar ni tu hogar. Estamos aquí transitoriamente. Vas a ir a tu hogar original. Tu hogar original no está en dunya. Está en Ájirat. Está en el Paraíso. No pierdas la dirección. Tu hogar original está en el Paraíso, no es el infierno. Su originalidad está en el Paraíso, sin embargo, la mayoría corre hacia el lado del infierno. Y el infierno dirá: “Tu originalidad no corresponde a este sitio. Pero has llegado. Entra. ¿Qué es lo que puedo hacer?” El camino hacia ambos es desde este mundo. El camino al Paraíso es desde este mundo y el camino al infierno es desde este mundo. En todo lo que hagamos debemos tener buenas intenciones y deben ser intenciones sinceras de hacer las cosas por la Causa de Allah. Si tenemos eso como prioridad en nuestras vidas entonces el resultado será bueno.

Wa min Allahu Tawfiq.

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